La espinaca de Liz

Hace unas semanas llegaron al país un grupo de sobresalientes catedráticos de la Universidad Complutense de Madrid, especializados en cortos publicitarios.

Fueron convocados ante la insistencia de unos argentinos que están sorprendidos por el nivel mental que las agencias estiman que tienen las mujeres promedio. Principalmente aquellas que consumen todos o algunos de los productos de higiene personal que se promocionan en TV.

Los ibéricos fueron sometidos a cuatro horas consecutivas de estas publicidades por día, de las que tomaron meticulosa nota. Grata fue la sorpresa de estos letrados cuando vieron a la hermana del Indiecito siendo la cara visible de un producto para el cabello. La muchacha en cuestión sufre una delicada contrariedad en su platinada melena que explica en el comercial.



Los gallegos se interesaron particularmente en el comercial, no sabemos por qué (y tampoco quisimos indagarlo) y luego de ver durante horas a la admirable Liz –que, cuestión aparte, cuanto más habla parece menos hermana de Santiago Solari y más hermana del Kun Agüero- concluyeron que menos mal que lo que se coloca en el pelo le hace el efecto de las espinacas de Popeye, porque si le hicieran el efecto de la kryptonita de Superman, andaría creyendo que puede volar.
Y lo cierto es que sí, pero Liz, quedate tranquila, que ante cualquier efecto medio alucinógeno que sientas que podes llegar a tener, nosotros te recomendamos que llames a un amigo, se llama Hernán.
La gente lo conoce por esa mítica frase que dice "armate uno Hernán"